Somos lo que comemos

Tu decides…

La importancia de una buena alimentación para estar sanos.

Nuestro cuerpo es el mayor regalo que tenemos.  Somos responsables de cuidarlo lo mejor posible, porque es el único que tendremos, los años que vivamos.

Los años que vivamos también tienen que ver con que tanto lo cuidemos, ya que si no le prestamos atención, viviremos menos años o con mala calidad.

Cuando somos jóvenes, creemos que comamos lo que comamos nada nos hace daño, porque eso es lo que percibimos. 

Pero al no comer lo adecuado, aunque no nos sintamos mal en ese momento, estamos deteriorando nuestro cuerpo a mayor velocidad,  y las enfermedades vendrán más pronto, por ejemplo, si íbamos a tener gastritis a los 50 años, la obtenemos a los 20 años.


Nuestro cuerpo requiere vitaminas, minerales, proteínas, hidratos de carbono, grasas, agua, fibra, fito-químicos, etcétera, para funcionar adecuadamente.  Es como la gasolina que necesita un automóvil para caminar. 

Si no le damos buen combustible a nuestro cuerpo, va a tener que adaptarse como pueda para sobrevivir, y se va a ir desgastando mucho más rápido que el desgaste natural que tendría si le diéramos buena comida. 

Si le damos a nuestro cuerpo, comida chatarra, calorías vacías y un montón de químicos que le hacen daño, es impresionante el trabajo extra al que lo sometemos, por dar rienda suelta al gusto o tener poca información alimenticia.

No se trata simplemente de consumir alimentos que incluyan los nutrientes necesarios, también hay que poner atención a la calidad de los alimentos. 

Porque para nada es lo mismo comerse una salchicha que un puñado de nueces y ambos tienen proteínas.  Una salchicha es carne de la peor calidad, mezclada con químicos que para nada nos aportan salud y las nueces son una excelente fuente de proteínas para el ser humano.

Cada especie está diseñada para procesar ciertos alimentos, y si elegimos los alimentos más acordes a nuestra biología, nuestro cuerpo los procesa más fácil y eficientemente, se desgasta menos y obtiene su máximo potencial de salud.

Esto no quiere decir que nunca podamos comer un poco de comida chatarra, es posible darse un gusto de vez en cuando, pero con la conciencia de que ese tipo de comidas no sean lo habitual.